Empiezo
este escrito diciendo que en este momento la educación colombiana se encuentra
en crisis, se ha quedado estancada, no ha evolucionado, hemos estado dando
vueltas sobre modelos extranjeros, pero no ha presentado un verdadero cambio,
la sociedad si ha cambiado, la cultura ha cambiado y, por ende, nuestros
jóvenes también lo han hecho. Esto quiere decir que el modelo educativo
actualmente planteado ya no cumple con el objetivo propuesto, el cual no es más
que brindarles a nuestros jóvenes herramientas solidas de aprendizaje. Debemos
replantear los modelos pedagógicos y las didácticas de enseñanzas, ya se están
haciendo intentos por parte del ministerio de educación nacional en replantear
estos modelos de enseñanza, pero esta transformación va a demorar, por esta
razón se requiere que los docentes en este momento empiecen a concientizarse
del cambio que hay que dar y que permitan que esta transformación se dé. Esto último
es algo difícil debido a que la mayor parte de los docentes ya tienen sus
viejas prácticas pedagógicas muy arraigadas y no las quieren cambiar. El cambio
es algo muy complicado de hacer en los seres humanos, por naturaleza y por
comodidad no queremos cambiar, pocas personas se atreven a hacerlo y, estas
personas son las que logran verdaderamente las transformaciones, tanto en su
vida como en la sociedad. Pero volviendo a la idea central de este articulo,
los docentes debemos ser consientes de que debemos cambiar nuestras viejas
costumbres pedagógicas y didácticas. Estos cambios deben estar enfocados en
transformar la vieja clase magistral, donde el profesor se para en frente, es
el que posee el conocimiento absoluto y es el que imparte los conocimientos
durante el tiempo de clase, por su parte, los alumnos deben estar sentados en
sus puestos en filas e hileras, en un silencio sepulcral escuchando lo que el
profesor dice, tomando apuntes y “aprendiendo”, pero realmente lo que está
sucediendo con este modelo, es que los alumnos están mecanizando y memorizando
y, más temprano que tarde van a olvidar estos conceptos impartidos. Esto debe
cambiar a nuevas corrientes que nos permitan que las clases sean más
didácticas, donde el profesor no sea el ser “todopoderoso” que todo lo sabe,
sino que sea un aprendizaje que va en ambas vías, docente – estudiante y
viceversa, para esto ya existen corrientes pedagógicas que nos orientan al
respecto, como primera medida encontramos el aprendizaje por proyectos, en este
se recomiendan actividades de enseñanza interdisciplinarias, de largo plazo y
centradas en el estudiante, sus en lugar de lecciones cortas y aisladas
(Challenge 2000 Multimedia Project, 1999). El aprendizaje colaborativo por su
parte, se enfoca en que la clase se desarrolla entre todos los integrantes de
la misma, el docente se convierte en un tutor de sus estudiantes, donde les
indica que deben realizar e investigar y ellos en grupos de trabajo,
perfectamente distribuidos, inicialmente por el docente, posteriormente por
ellos mismos, desarrollan la temática, ayudándose entre ellos, los más hábiles
colaboran a los que les cuesta más comprender la temática o el trabajo
propuesto. Según Prescott (1993), el aprendizaje colaborativo busca propiciar
espacios en los cuales se dé, el desarrollo de habilidades individuales y
grupales, a partir de la discusión entre los estudiantes al momento de explorar
nuevos conceptos, siendo cada quien responsable de su propio aprendizaje. Se
busca que estos ambientes sean ricos en posibilidades y, más que simples
organizadores de la información propicien el crecimiento del grupo. Esto
implica que los estudiantes se ayuden mutuamente a aprender, compartir ideas y
recursos y planifiquen cooperativamente que y como estudiar. Además exige el
compromiso y responsabilidad de cada uno de sus miembros.
Estos
son algunos ejemplos de modelos pedagógicos que se han ido generando en los
últimos tiempos y que entienden que las sociedades están cambiando y que a sí
mismo el modelo educativo debe ir a la par.